- Deja de concentrarte en lo que te falta y mira lo que te ha sido dado.
- Aunque el impulso de quejarte venga con toda su fuerza, no lo hagas.
- Piensa al final de cada día en por lo menos tres cosas que te hayan dado alegría. Escríbelas en un cuaderno o libreta, y revísala siempre que te venga la tentación de sentirte mal por algo que te falta.
- Agradece en el fondo de tu corazón a tus padres la vida que te han dado; no pienses en su comportamiento ni en sus defectos. Solamente agradece la vida.
- Agradece por la vida de todas las personas que aprecias y estimas. Incluso por las que ya no están, agradece por haber pasado por tu vida, y por todas las lecciones que te han dejado.
- Agradece por todos los placeres corporales que has experimentado a lo largo de tu vida.
- Agradece por lo que tienes y deja para siempre de compararte con los que tienen más.
- Agradece también por el paso del dolor y las pruebas en tu vida, piensa que sin esos momentos no habrías llegado nunca a donde estás, y agradece sobre todo por las lecciones que obtuviste de aquellos sucesos.
- Si estás solo o sola, agradece por ser tú tu mejor compañía.
- Agradece por lo que todavía no llega a tu vida, en lugar de pedirlo. Da por hecho que tienes el amor y la contención que necesitas.
situaciones diversas de la vida en más o menos diez consejos. toma lo que te sirva. desecha lo que no consideres útil
jueves, 4 de abril de 2013
para cultivar un corazón agradecido
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