- Trate de resolver conflictos llegando a un acuerdo común.
- Trate de alcanzar ese algo bueno en el prójimo.
- Escuche antes de juzgar.
- Base su posición en la verdad.
- Manténgase dispuesto a modificar su posición, si está en el error.
- Tenga confianza de que sentirá un gran poder interno para actuar.
- Arriésguese a actuar de manera creativa en lugar de usar la violencia.
- Aproveche la sorpresa y el humor.
- Aprenda a confiar en su percepción interna cuando debe actuar.
- Manténgase dispuesto a sufrir por una causa importante.
- Sea paciente y persistente.
- Construya comunidad con base en la honradez, el respeto y la compasión.
situaciones diversas de la vida en más o menos diez consejos. toma lo que te sirva. desecha lo que no consideres útil
martes, 25 de junio de 2013
12 bases del poder transformador
viernes, 31 de mayo de 2013
diez actitudes básicas para convivir en paz
(Antes de comenzar, piensa si realmente la paz es un valor importante y necesario en tu vida. Pregúntate si es uno de los elementos no negociables de tu existencia, y si realmente no te importa sacrificar por ella tu orgullo, tu comodidad o tu posición en el mundo. Si realmente es así, esta entrada es para ti. Si no, pues no.)
- Valora la paz por sobre todas las otras cosas. Pregúntate siempre si estás razonando o reaccionando. Pon en la balanza todas aquellas cosas que podrían, según tú, merecer la pérdida o el deterioro de la paz, y pregúntate hasta qué punto realmente es así.
- Empieza por ti: acéptate tal como eres, haz las paces con aquellos atributos que consideras 'defectos', perdónate tus metidas de pata en el pasado y aquellas que posiblemente cometerás en el futuro. Acepta, sobre todo que hablando de humanidad la perfección es inalcanzable y tú no eres la excepción, a no ser que no seas humano o humana.
- No lo tomes todo a lo personal: lo que crees que las demás personas 'te hacen' o cometen 'contra ti' no TE lo hacen CONTRA TI, sencillamente lo hacen porque está en su naturaleza actuar o reaccionar así ante la vida. Esto se aplica desde el simple pisotón en el trole atestado de gente hasta la traición de pareja. Aunque la mala intención parezca evidente, la agresión pertenece más al agresor que al agredido, y no tenemos por qué hacernos cargo de una situación ajena. (Ahora, no nos confundamos: si es una agresión física leve o grave, si incurre en el abuso verbal, o si es una agresión que sobrepasa los límites de la legalidad, es importante tomar medidas proporcionales de protección y control.)
- Deja de lado tu egocentrismo: las cosas malas que suceden, las cosas malas que otros cometen, las leyes, los accidentes de tránsito, las interminables colas en los bancos... no existen solamente para fastidiarte. Los planetas giran alrededor del sol, ¡no de ti!
- Recuerda la frase de Jesús en la cruz: Perdónales, porque no saben lo que hacen. Muchas veces, quienes nos agreden o lastiman no tienen consciencia del daño que nos hacen o del dolor que nos causan. Tal vez, si lo supieran a ciencia cierta, no lo harían. Pero ojo: tampoco te coloques en la posición del ser magnánimo que como es taaaan bueno y magnánimo PERDONA a los demás desde su pedestal solo para sentirse superior al resto.
- Ten humildad para recibir una disculpa: nunca, pero nunca, aproveches el momento en que una persona te ofrece una sincera disculpa para echarle encima toda tu rabia a pretexto de la 'sinceridad' o el desahogo. Recibe el gesto con nobleza y grandeza de alma. Si tu orgullo herido interfiere demasiado, di que necesitas tiempo, pero no agredas más. De seguro para la otra persona tampoco ha sido fácil dar ese primer paso.
- No pidas perdón: cuando haces daño a alguien, en el momento en que le pides perdón le estás dando un trabajo extra, pues aparte del dolor de la ofensa esa persona tiene que encargarse de pasar por encima de sus sentimientos y "perdonarte". En lugar de pedir -y a veces exigir - perdón, manifiesta un sincero "lo siento", "qué pena" o "lo lamento" y deja que la otra persona siga su proceso hasta cuando sus aguas se aquieten.
- Recuerda el viejo aforismo que reza: Si la palabra vale plata, el silencio vale oro. ¿Es realmente indispensable quedarse con la última palabra, cerrar una discusión con una frase lapidaria, ganar el primer premio de sarcasmo o indirecta? Recuerda muchas veces que, al ganar una pelea o discusión podemos terminar perdiendo una relación... ¿crees que merece la pena?
- Si realmente piensas que es importante una relación o una situación, y sin llegar a extremos de hipocresía, disimula un poco cualquier cosa. Con demasiada frecuencia, el apodo de la Sinceridad es "Grosería".
- Aprende a abandonar escenarios peligrosos: si ves que la cosa se está poniendo fea, mejor retírate antes de que la situación se ponga violenta o te obligue (?) a reaccionar con violencia.Y nunca, bajo ningún concepto, provoques conscientemente una agresión ajena con cinismo o mala intención.
jueves, 4 de abril de 2013
para cultivar un corazón agradecido
- Deja de concentrarte en lo que te falta y mira lo que te ha sido dado.
- Aunque el impulso de quejarte venga con toda su fuerza, no lo hagas.
- Piensa al final de cada día en por lo menos tres cosas que te hayan dado alegría. Escríbelas en un cuaderno o libreta, y revísala siempre que te venga la tentación de sentirte mal por algo que te falta.
- Agradece en el fondo de tu corazón a tus padres la vida que te han dado; no pienses en su comportamiento ni en sus defectos. Solamente agradece la vida.
- Agradece por la vida de todas las personas que aprecias y estimas. Incluso por las que ya no están, agradece por haber pasado por tu vida, y por todas las lecciones que te han dejado.
- Agradece por todos los placeres corporales que has experimentado a lo largo de tu vida.
- Agradece por lo que tienes y deja para siempre de compararte con los que tienen más.
- Agradece también por el paso del dolor y las pruebas en tu vida, piensa que sin esos momentos no habrías llegado nunca a donde estás, y agradece sobre todo por las lecciones que obtuviste de aquellos sucesos.
- Si estás solo o sola, agradece por ser tú tu mejor compañía.
- Agradece por lo que todavía no llega a tu vida, en lugar de pedirlo. Da por hecho que tienes el amor y la contención que necesitas.
lunes, 25 de marzo de 2013
doce pasos para salir de la codependencia
- Admitimos que éramos impotentes respecto al poder sobre los otros y sentimos que nuestra vida se había vuelto ingobernable.
- Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros podría repararnos y devolvernos el equilibrio.
- Resolvimos confiar nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, según nuestro propio entendimiento de él.
- Sin temor hicimos un minucioso exámen de conciencia.
- Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otros seres humanos la naturaleza exacta de nuestros errores.
- Estuvimos enteramente dispuestos a que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
- Humildemente pedimos a Dios que nos librase de nuestras culpas.
- Hicimos una lista de todas las personas a las que habíamos perjudicado, y estuvimos dispuestos a reparar el mal que les ocasionamos.
- Reparamos directamente el mal causado a estas personas cuando nos fue posible, excepto en los casos en que el hacerlo les hubiese infligido más daño o perjudicado a un tercero.
- Proseguimos con nuestro exámen de conciencia, admitiendo espontáneamente nuestras faltas en el momento de reconocerlas.
- Buscamos a través de la oración y la meditación, mejorar nuestro contacto consciente con Dios como nosotros lo concebimos, pidiéndole sólo que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
- Habiendo logrado el despertar espiritual como resultado de estos Pasos, tratamos de llevar este mensaje a otros codependientes, y practicar estos principios en todas nuestras acciones.
NOTA IMPORTANTE: Estos son los doce pasos que Bill W. y su compañero Bob establecieron como los doce pasos de la recuperación para la hermandad de Alcohólicos Anónimos, y que sirven para muchos problemas humanos relacionados con la adicción, la coadicción, los comportamientos compulsivos y una serie de trastornos de la personalidad; pero además son un camino espiritual excelente para ser mejores seres humanos.
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