- Admitimos que éramos impotentes respecto al poder sobre los otros y sentimos que nuestra vida se había vuelto ingobernable.
- Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros podría repararnos y devolvernos el equilibrio.
- Resolvimos confiar nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, según nuestro propio entendimiento de él.
- Sin temor hicimos un minucioso exámen de conciencia.
- Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otros seres humanos la naturaleza exacta de nuestros errores.
- Estuvimos enteramente dispuestos a que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
- Humildemente pedimos a Dios que nos librase de nuestras culpas.
- Hicimos una lista de todas las personas a las que habíamos perjudicado, y estuvimos dispuestos a reparar el mal que les ocasionamos.
- Reparamos directamente el mal causado a estas personas cuando nos fue posible, excepto en los casos en que el hacerlo les hubiese infligido más daño o perjudicado a un tercero.
- Proseguimos con nuestro exámen de conciencia, admitiendo espontáneamente nuestras faltas en el momento de reconocerlas.
- Buscamos a través de la oración y la meditación, mejorar nuestro contacto consciente con Dios como nosotros lo concebimos, pidiéndole sólo que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
- Habiendo logrado el despertar espiritual como resultado de estos Pasos, tratamos de llevar este mensaje a otros codependientes, y practicar estos principios en todas nuestras acciones.
NOTA IMPORTANTE: Estos son los doce pasos que Bill W. y su compañero Bob establecieron como los doce pasos de la recuperación para la hermandad de Alcohólicos Anónimos, y que sirven para muchos problemas humanos relacionados con la adicción, la coadicción, los comportamientos compulsivos y una serie de trastornos de la personalidad; pero además son un camino espiritual excelente para ser mejores seres humanos.